
Autor: Fabrizio Casari
La Revolución Sandinista cumple 46 años y conviene recordar sus pensamientos y obras que la convierten en un fenómeno único en el mundo. Es, ante todo, una obra de arquitectura política que ha sido capaz de imaginar y realizar, contra viento y marea, el mayor proceso jamás concebido de transformación de Nicaragua y para Nicaragua. Es una Revolución ininterrumpida que, en su devenir, fruto también del contexto internacional, mantiene la postura propia de una Revolución.
La politología suele utilizar la categoría de Revolución incluso cuando bastaría hablar de cambio político. Pero en el caso de Nicaragua, el término Revolución es el único adecuado. Porque fue el fruto de una guerrilla primero y de gobiernos después, que derribaron las estructuras de poder político y económico anteriores y cambiaron todo lo que debía ser cambiado: la estructura de mando, el equilibrio de las relaciones de clase, la cultura, la mentalidad difundida, incluso el sentido común de su pueblo.